por Lucky Biyase y Thekisa Anthony Lefifi
El propietario del LAVADO DE AUTOS, Nathi Mbatha, dice que es “muy triste” que tanto el gobierno como los compañeros sudafricanos “se refieren a nosotros como personas quejumbrosas y comerciantes incompetentes” porque son superados por los extranjeros que simplemente trabajan más duro.
El Sr. Mbatha, quien trabaja en Merebank, un área de bajos ingresos en KwaZulu-Natal, estuvo hablando al Times Business tras la nefasta ola de saqueos ocurridos en Soweto y otros asentamientos urbanos, que devastaron varias tiendas manejadas por extranjeros, lo que dejó cinco muertos – incluyendo un bebé.
Las autoridades se han centrado en esta pregunta clave: ¿fue esto la primera ola de una nueva serie de ataques xenófobos, o simplemente oportunismo criminal? A medida que el humo se disipa, parece evidente que existieron elementos de los dos, tales como el hervidero de desempleo de la juventud, la incompetencia municipal y la frustración finalmente se desbordaron.
Mientras los políticos debaten sobre la semántica de la xenofobia o simplemente criminalidad, el sentimiento básico demuestra que la falta de respeto de los jóvenes por la ley tiene sus raíces en el rencor por el obvio éxito de los comerciantes extranjeros, junto con la frustración por la falta de voluntad percibida del gobierno para ayudarlos.
El Sr. Mbatha confirmó esta frustración cuando describió cómo los propietarios extranjeros de tiendas sólo hacen más negocio que sus contrapartes sudafricanos porque cuentan con “apoyo institucional de diversas fuentes”.
Dijo que es una “triste mentira” que los extranjeros hacen más negocio, simplemente porque ofrecen precios más baratos.
“Si usted rebaja sus precios con el fin de atraer a los clientes de su competidor, lo hace porque usted sabe que tiene un lugar para conseguir sus abastecimientos a un precio competitivo. La situación aquí es que los comerciantes extranjeros tienen acceso a la compra a granel, apoyo que no tienen los locales”, dijo el señor Mbatha.
Qué es precisamente el llamado “apoyo institucional” que ha fastidiado a muchos propietarios sudafricanos de tiendas en los asentamientos urbanos no está claro.
Estos sudafricanos piensan que a los extranjeros se les está apoyando con “subvenciones”, lo que les permite mantener sus negocios a costa de la gente local.
Mzwandile Mavula, un comerciante ambulante que vende fruta en Durban, dijo que los comerciantes inmigrantes reciben “apoyo financiero” de distintas cámaras, lo que les ha permitido “subvencionar” sus mercancías y vender a precios más bajos que los comerciantes sudafricanos.
“En principio los aceptamos. Nosotros también tenemos organizaciones de comerciantes informales a las que pertenecen los comerciantes extranjeros y están protegidos a través de estas organizaciones. Es sólo que estos retos existen”, dijo el señor Mavula.
Pero la idea de que los extranjeros reciben algún tipo de ‘apoyo’ parece ser más un mito que una realidad. Más bien al contrario, parecen más desesperados en tener éxito, en parte porque no hay ayuda, o la expectativa de la misma.
The Economist describe cómo el año pasado “un influjo de comerciantes del Cuerno de África y el Asia ha sido un dolor de cabeza para los sudafricanos que manejan spazas”.
“El comercio informal al por menor se ha convertido rápidamente en una especialidad extranjera”, decía la revista, relatando cómo la mayoría de los compradores en el gran mayorista Kit Kat cash-and-carry son los extranjeros que compran mercancías dos o tres veces a la semana.
“Ellos buscan las mejores ofertas entre Kit Kat y otros mayoristas
cash-and-carry”, decía la revista.
La revista citó además un estudio realizado por el Centro Africano sobre la Emigración y la Sociedad, el cual decía que la ventaja de los somalíes sobre sus contrapartes sudafricanos, es mediante la venta de productos a precios más bajos, prestando más atención en el servicio al cliente, ofreciendo crédito y permaneciendo abiertos por más horas.
Ese estudio parece tener la respuesta a la pregunta planteada por Lindiwe Zulu, la Ministra de Desarrollo de Pequeños Negocios, quien aumentó las tensiones de esta semana, diciendo que los comerciantes extranjeros deberán revelar sus “secretos comerciales” a los propietarios de los negocios locales.
Pero la implosión de la semana pasada también ilustra el hecho de que los asentamientos y poblados como Soweto, que se formaron durante la era del apartheid, cuando la gente negra se veía obligada a vivir lejos de los suburbios blancos, no ha alcanzado la clase de éxito económico que muchos esperaban.
Es difícil obtener una imagen integral de como un lugar como Soweto tiene ahora clase media en algunas áreas, y en otras áreas hay pobreza.
Por ejemplo, el ingreso mensual promedio en el suburbio Protea de Soweto, es ahora R11,400. Pero el problema en la mayoría de las áreas es el desempleo de la juventud.
Un informe del Banco Mundial indica que el gobierno dirigido por el ANC ha construido casas en los asentamientos urbanos, pero la prestación de servicios sociales a los residentes es limitada. Una explosión de los poblados informales, tal como Diepsloot, añadió también una pesada carga a los servicios sociales. No es de extrañarse, por lo tanto, que las protestas por la prestación de servicios han empeorado en estas áreas.
Un estudio reciente de la Universidad de Western Cape, ha indicado que hubieron alrededor de 28 protestas al mes en el 2012 – un significativo aumento desde el 2007.
John Loos, un estratega de propiedad en el FNB, dijo que habrán más "alborotos” en el país por protestas de servicios – especialmente si el crecimiento económico no se expande con la suficiente rapidez.
Lo que también hace que sea difícil tener una idea de cómo las economías de los asentamientos urbanos operan, es el hecho de que difieren notablemente de las economías de los suburbios pudientes.
Por ejemplo, el aumento de los costos de electricidad y de los alimentos en los asentamientos, significa que las familias suelen comprar alimentos en las calles – incluyendo spykos (una mezcla enlatada de fideo, frijoles y pescado), papas fritas, comidas como el pap y carne o amanqina (pata de res). Pequeños negocios con buenas ideas y flexibles están sacando provecho de las “comidas preparadas” de bajo costo.
Sin embargo, la percepción de que los extranjeros están aquí sólo para sacar provecho de una economía local distinta, no ha ayudado a reducir las tensiones.
El Sr. Mavula, un comerciante ambulante, dijo: “En este mismo momento, hay un inmigrante que vende sus productos desde su coche a sólo 3 metros de distancia de aquí, y vende los mismos productos.
La policía no le puede hacer nada. Pero, si yo tuviera que ir al baño ahora, la policía habría tomado mis productos hasta yo volver”.
La percepción es que la policía acosa a los comerciantes locales informales – pero ignoran a los extranjeros.
“Se supone que nosotros debemos pagar por los permisos – si no tenemos estos, nos confiscan nuestras mercancías y tenemos que pagar multas. En el momento en que se paga la multa para recaudar las mercancías, éstas ya están dañadas. Los extranjeros. normalmente van de calle en calle, con sus productos”, dijo el señor Mavula.
Tashmia Ismail, presidenta de la facultad en el Instituto Gordon de Ciencias Empresariales, dijo que “la intimidación” evidente de los propietarios de tiendas extranjeras no hace ningún bien a la economía.
La Sra. Ismail dirige un programa de formación empresarial con la importante firma farmacéutica GlaxoSmithKline, que enseña a los propietarios de spazas comercialización y otros trucos para aumentar sus ventas. Ella dijo que los recientes sucesos violentos afectarán la inversión en los asentamientos.
El Sr. Loos dijo que el bajo índice de apertura de centros comerciales en los asentamientos es uno de los factores que frenan el desarrollo económico de estas zonas.
Nuevos centros comerciales podrían invertir más dinero en la zona, y reducir el costo para los residentes, que de otra manera tendrían que viajar para encontrar grandes supermercados como Shoprite, Checkers y Pick ‘n Pay.
El Fondo de Propiedad Futuregrowth, que ha invertido en 24 centros comerciales en los asentamientos, está ayudando a cambiar la situación.
Pero esto es un arma de doble filo. Construir indiscriminadamente grandes minoristas en los asentamientos significa inevitablemente una presión sobre las tiendas locales spaza, es lo que piensan muchos de los comerciantes – agravando la percepción de que ya están luchando para combatir “la competencia extranjera”.
Smital Rambhai, el gerente de producción de la comunidad de Futuregrowth, dijo que este punto de vista es equivocado.
La mayoría de los propietarios de negocios locales se han adaptado y han prosperado, dijo el Sr Rambhai – a la vez que se están abriendo grandes empresas en los asentamientos.
Comenzar un pequeño negocio no es de ninguna manera una tarea fácil. En el 2013, el ministro de Comercio e Industria, Rob Davies, pintó un panorama sombrío, cuando manifestó que de cada siete pequeños negocios nuevos en Sudáfrica, cinco cierran sus puertas dentro del primer año de existencia.
Thami Mazwai, el presidente ejecutivo de Mtiya Dynamics y ex director del Centro de Pequeños Negocios de la Universidad de Johannesburgo, dijo que el legado del apartheid, que prohibía a la gente negra ser emprendedores, no contribuyó al desarrollo de las habilidades para los negocios.
El Sr. Mazwai dijo que a partir de 1994, hubo un influjo de asiáticos y somalíes que llevaban décadas de experiencia en la economía formal y rápidamente capturaron el mercado.
“Estos forasteros tienen además fuertes redes, ya que no esperan la ayuda del gobierno local, por lo tanto son muy competitivos. Ellos tienen sus propios bancos [dinero que guardan bajo el colchón] y se ayudan entre ellos”, dijo el Sr. Mazwai.
A pesar de que las cámaras empresariales como la Cámara Nacional de Comercio e Industria Federada de África, han sido creadas para ayudar a los emprendedores negros, el Sr. Mazwai dijo que “simplemente no estaban a la altura”.
Señaló que la gente local tenían a menudo un “síndrome de creerse con derechos”, lo que significaba que dependen de los demás para ayuda, en lugar de ayudarse a sí mismos – de la manera en que lo harían los extranjeros.
El Sr. Mazwai dijo: “Sí, los extranjeros deben integrarse en redes con los lugareños para su propia supervivencia.
“[Pero] es absurdo para ellos pensar que pueden sobrevivir en una red de somalíes en el centro de Khayelitsha. Es francamente tonto”.
• Este artículo fue publicado por primera vez en el Sunday Times: Business Times
Proviene de –http://www.bdlive.co.za/businesstimes/2015/02/01/township-wars–the-myth-and-mayhem