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El derecho a la ciudad y los/as trabajadores/as de la economía popular en los espacios públicos

Vendedores/as ambulantes son trabajadores que se ganan la vida con el comercio de bienes en las calles, plazas y mercados de las ciudades. En los grandes centros urbanos, especialmente en los países con las tasas de desempleo más altas en el mercado laboral formal, vemos a hombres y mujeres trabajando en los espacios públicos desde el amanecer hasta el atardecer vendiendo alimentos, bebidas, utilidades y una variedad de mercancías, a quien pasa por los lugares.

Según la tercera edición del Monitor de la OIT: COVID-19 y el mundo del trabajo (OIT, 2020), publicado en abril de 2020, casi 1.600 millones de trabajadores de la economía informal, que representan el 76% del empleo informal en todo el mundo, se vieron significativamente impactados por las medidas de encierros y/o por el trabajo en los sectores más afectados por la pandemia, que incluye el sector de los vendedores ambulantes. Es importante señalar que la mayoría de las personas que actúan como comerciantes informales son mujeres, jefas de hogar, trabajando para obtener sus ingresos.

Vendedores/as de los espacios públicos suelen formar parte de toda una cadena de actividades: compran sus mercancías, las mantienen en almacenes junto a sus tiendas y infraestructura de venta, contratan porteadores y montadores, venden sus mercancías expuestas al clima y otras adversidades, compran comidas que están preparadas por otros comerciantes y, cuando llega el momento, desmantelan todo para comenzar de nuevo al día siguiente. Son una parte importante de la economía popular de las ciudades.

Además, abordan el problema de la regularización del uso del espacio público en el día a día, trabajan con la venta de pequeños bienes, en su mayoría de primera necesidad, en aceras, plazas y terrenos de la ciudad. El conflicto por el derecho al trabajo y la ocupación de espacios públicos , que es necesario para el desarrollo de sus actividades económicas de subsistencia. Este hecho lamentablemente a conducido a graves violaciones de los derechos humanos y laborales de estos trabajadores en muchos centros urbanos. Por eso, para fortalecer, articular y avanzar en la defensa del derecho al trabajo y del derecho a la ciudad de los vendedores ambulantes y de los mercados (Teixeira, 2020) existe StreetNet International,

Ante la decisión de las administraciones municipales de prohibir la actividad de trabajadores/as de la economía informal en espacios públicos, lo que vemos son los frecuentes desalojos, el brutal hostigamiento y la violencia policial contra estas personas que buscan ganarse la vida legítima y honestamente. El tema de la venta ambulante en las grandes ciudades se ve desde el ámbito de la seguridad pública por parte de las autoridades y no como una cuestión de generación de empleo y ingresos para una de las categorías más vulnerables de la población.

La truculencia con la que el poder público saca a comerciantes informales de los espacios públicos que ellos consideran como “sin pueblo”, que a menudo es tratado como obstáculo, es la misma con la que elimina las ocupaciones de viviendas urbanas. La violencia de una disputa donde el uso de los territorios urbanos lo deciden unos pocos y los intereses privados. Y la dignidad humana, el derecho legítimo e inalienable a tener domicilio, a tener una ocupación profesional para generar ingresos familiares, se criminaliza de cara a un proyecto de ciudad exclusiva que existe al servicio de lo rentable: la ciudad como mercancía y la ganancia sobre el pueblo.

La agenda de los movimientos sociales por la justicia social y por el derecho a la ciudad – en el momento en que defiende el derecho de los habitantes a usar, ocupar y producir en las ciudades y que sean ellas justas, inclusivas, seguras y democráticas, comprendida como un bien común en la producción de una vida digna – reivindica el derecho a utilizar el suelo urbano para generar sustento.

Especialmente el tema de la gestión ciudadana inclusiva y participativa toca mucho a la disputa por las licencias y regularización del comercio callejero. ¿Quién podría concebir y decidirse por una ciudad que dispusiera de espacios públicos para una ocupación planificada y regular de áreas de gran circulación para la venta ambulante? Sabemos que esto no sería la prioridad del capital financiero especulativo.

Cuando se demuestra esta lógica al presenciar las políticas urbanas higienistas, la gentrificación y la prohibición de la venta ambulante en las grandes ciudades en la mayoría de los países, así como la destrucción de los mercados populares, entendemos que se niega los derechos políticos a una gran parte de la población, aquellos que viven de la economía informal. Las decisiones sobre las ciudades no son tomadas por esta parte de la población, sino que son una expresión de interés privado.

La Nueva Agenda Urbana (ONU, 2016), una herramienta importante para la lucha de los vendedores ambulantes y de los vendedores en los mercados, establece:

“Compartimos el ideal de una ciudad para todos, refiriéndonos a la igualdad en el uso y el disfrute de las ciudades y los asentamientos humanos y buscando promover la inclusividad y garantizar que todos los habitantes, tanto de las generaciones presentes como futuras, sin discriminación de ningún tipo, puedan crear ciudades y asentamientos humanos justos, seguros, sanos, accesibles, asequibles, resilientes y sostenibles y habitar en ellos, a fin de promover la prosperidad y la calidad de vida para todos. Hacemos notar los esfuerzos de algunos gobiernos nacionales y locales para consagrar este ideal, conocido como “el derecho a la ciudad”, en sus leyes, declaraciones políticas y cartas.” (ONU, 2016:5)

Más adelante, propone ciudades y asentamientos humanos que:

“Afrontan los desafíos y aprovechan las oportunidades de un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, presente y futuro, sacando los mejores frutos de la urbanización en aras de la transformación estructural, la alta productividad, las actividades con valor añadido y la eficiencia en el uso de los recursos, aprovechando las economías locales y tomando nota de la contribución de la economía informal, al tiempo que prestan apoyo a la transición sostenible hacia una economía estructurada.” (ONU, 2016:6)

Ante los altos niveles de desigualdad en las ciudades, pensar en el desarrollo inclusivo en los centros urbanos, presenta a la planificación urbana el desafío de construir alternativas que incluyan los modos de producción y reproducción de la vida que se dan en la economía formal e informal. Pensar en el crecimiento económico sin pensar en la contribución de la economía popular (informal) es un error para las economías de todo el mundo.

La crisis del Covid-19 hizo aún más evidente la inevitabilidad de entender que el trabajo en el espacio público y la economía popular, que depende de su uso, son partes constitutivas de las ciudades. Ante el desafío de la recuperación económica global, vemos que los vendedores ambulantes tienen la capacidad de re-establecer sus propios negocios después de una recesión con una muy baja inversión económica, y de esta forma, contribuyen rápida y dinámicamente a las economías nacionales. Esta entre otras podría ser una razón para que los países incluyan a los vendedores ambulantes en sus planes de recuperación económica. Sin embargo, a lo que se enfrentan nuestros afiliados, es lastimosamente, la continuación de políticas para eliminar y reprimir el comercio informal de manera brutal, a través de desalojos, hostigamiento y violencia.

Estas acciones represivas del poder público frente a la pandemia, junto con su recesión económica, que ha llevado a altos niveles de desempleo, en contra de ciudadanos sin ingresos de trabajo con barreras adicionales para aquellos que intentan general su sustento, puede entenderse como un crimen de Estado y una flagrante violación de los derechos humanos fundamentales.

Es interesante pensar que al ser recibidos en las mesas de negociación con los poderes públicos y participar en la construcción de políticas públicas urbanas, los vendedores ambulantes no se oponen al pago de tasas municipales, siempre y cuando estén en línea con lo que sería justo dados sus ingresos y vulnerabilidad. Y no hay oposición a la planificación espacial y a la organización de sus lugares de trabajo. También defendemos la inversión en infraestructura urbana adecuada para garantizar el trabajo decente a los vendedores ambulantes como: provisión de baños, agua corriente, lugares adecuados para las comidas, electricidad, limpieza y recolección de residuos en el espacio público.

Estos son ejemplos de sistemas tributarios locales adecuadamente diseñados y asequibles, una buena planificación urbana y la provisión de servicios e infraestructura básicos, considerados premisas para ciudades sostenibles, como esta determinado por la Nueva Agenda Urbana.

1. Ejemplos concretos de lucha colectiva de los/as vendedores/as ambulantes

Desde que se declaró la pandemia en marzo de 2020, las afiliadas de StreetNet International se han movilizado en todo el mundo para abordar la crisis económica y social. Las políticas de contención han tenido un impacto brutal en las vidas y los ingresos de los vendedores ambulantes y sus familiares en las ciudades. Dado que estos trabajadores no son reconocidos en la mayoría de los países del mundo, la mayoría de los comerciantes informales no tenían derecho a ningún apoyo estatal proporcionado a través de los planes de seguridad social y, finalmente, el duro hostigamiento policial se volvió más intenso y violento hacia sus actividades de venta.

Si, por un lado, la pandemia de COVID-19 há perjudicado la vida de los vendedores ambulantes, por otro lado también fue una oportunidad para mostrar cómo se debe reconocer su trabajo y lo esencial que es el papel que desempeñan en la vida de las ciudades, especialmente para los pobres urbanos.

Por lo tanto, las organizaciones de vendedores ambulantes actuaron en dos frentes: por un lado, a través de acciones de solidaridad y sensibilización, apoyando a sus miembros. Por otro lado, intentaron negociar soluciones realistas y prácticas con las autoridades públicas que garantizasen el Derecho a la Ciudad y, en algunas regiones, lograron poner los derechos de los vendedores ambulantes en la agenda política a nivel nacional y local.

A lo largo de este período, StreetNet International ha recopilado las mejores prácticas de sus afiliados con respecto a la respuesta al COVID-19. Desde India hasta Senegal, pasando por El Salvador y la ciudad de Nueva York, las organizaciones de vendedores ambulantes han desempeñado un papel fundamental y han logrado abrir ventanas de oportunidad en un momento crítico.

Tomemos, por ejemplo, el caso de la organización Federación Sindical Trabajadores Independientes Vendedores de El Salvador – FESTIVES. Durante el encierro en El Salvador, apoyaron económicamente a miembros y no miembros y distribuyeron kits de prevención contra COVID-19. A través de asociaciones con autoridades gubernamentales y municipales, también pudieron brindar atención médica, canastas de alimentos y sesiones de concientización sobre cómo lavar las manos correctamente. Quizás el mayor éxito fue la creación de mercados móviles en conjunto con las autoridades municipales, lo que ha permitido a muchos comerciantes informales volver a trabajar de acuerdo con las normas de salud pública.

En la República de Sierra Leona, en África, la organización Sierra Leone Traders Union – SleTU(por sus siglas en Ingles), también logró negociar con las autoridades municipales para garantizar condiciones que permitan que los mercados permanezcan abiertos incluso durante los cierres impuestos[1]. SLeTU cuenta actualmente con treinta y dos agentes responsables de monitorear los mercados en dieciséis distritos de la ciudad de Freetown, asegurando que se cumplan los estándares de salud pública. SLeTU también ha desarrollado una gran campaña de concientización para que los vendedores sepan cómo evitar el contagio de COVID-19 y educan a sus clientes sobre las medidas básicas de higiene, especialmente durante tiempos de pandemia.

Estos ejemplos muestran lo erróneo que es considerar a los vendedores ambulantes como fuentes de contagio y no como potenciales agentes de salud pública (o embajadores de salud pública), quienes se encuentran en una posición privilegiada para garantizar que los espacios públicos sean seguros tanto para los trabajadores como para el resto de ciudadanos.

Además de demostrar la importancia de los vendedores ambulantes para la salud pública, la pandemia también fue una oportunidad inesperada para promover el reconocimiento de estos trabajadores en algunas ciudades y países.

En Brasil, la União Nacional das Trabalhadoras e Trabalhadores Ambulantes, Camelôs e Feirantes do Brasil – UNICAB (por sus siglas en Portugues), estaba entre las organizaciones nacionales que defendieron un ingreso básico de emergencia accesible a los trabajadores de la economía informal. Si bien el valor de la renta básica defendida por UNICAB fue superior a los R$ 600,00 aprobados (alrededor de 120 USD), esta política fue importante para garantizar la supervivencia de varios vendedores ambulantes que no pudieron trabajar. Este es un legado muy importante para la organización y para la agenda de los derechos de los trabajadores de la economía informal – por primera vez, los trabajadores de la economía informal fueron reconocidos y tuvieron acceso a apoyo financiero a nivel federal en Brasil.

La organización Street Vendors Project, en Nueva York (EE.UU.), Logró movilizar a sus miembros, para poner los derechos de los vendedores en la agenda política a través de alianzas políticas. Igual ayudaron a apoyar a sus miembros a través de campañas de recolección de fondos o crowdfunding. En enero de 2021, lograron aprobar la Intro 1116, una ley local para ampliar la disponibilidad de licencias para vendedores ambulantes (4000 licencias) en Nueva York, crear una agencia de inspección de vendedores ambulantes y un comité municipal asesor con la participación de vendedores ambulantes.

StreetNet International, como alianza global de organizaciones de vendedores ambulantes, logró capturar todas estas buenas prácticas a nivel mundial y crear espacios privilegiados para compartir experiencias y estrategias[2]. Las organizaciones afiliadas aprenden unas de otras, adaptan técnicas de negociación y establecen prioridades de acuerdo con el contexto local o nacional.

StreetNet también trabaja para traer información y conocimiento sobre organizaciones de base a nivel internacional, llevando las preocupaciones de los vendedores ambulantes a foros globales y agencias multilaterales relacionadas con los derechos humanos, el derecho al trabajo decente y el derecho a la ciudad.

De esta manera, las buenas prácticas identificadas a nivel local se difunden globalmente y se convierten en importantes herramientas para defender los derechos de los vendedores ambulantes y ofrecer alternativas concretas a las políticas punitivas, de manera a concretar su derecho a la ciudad.

2. El camino a seguir: ¿cómo se ve el derecho a la ciudad para los vendedores ambulantes?

StreetNet International esta comprometida a continuar su trabajo en la promoción del derecho a las ciudades para todos/as, especialmente a través del avance de instrumentos internacionales como la Nueva Agenda Urbana y su implementación en diferentes países donde StreetNet está presente actualmente.

Es importante generar confianza y conciencia en los vendedores ambulantes sobre las herramientas y acuerdos internacionales existentes, que se pueden utilizar en su trabajo de incidencia y participación social, especialmente con los gobiernos locales, para construir un diálogo adecuado que debe ser inclusivo y no discriminatorio, teniendo en cuenta las necesidades y preocupaciones de los trabajadores en un curso de gestión del espacio público que lo vea como un espacio de trabajo para millones de personas.

Desde que el COVID-19 llegó a nuestras ciudades, estamos notando cambios en todo el mundo de gobiernos hacia un mayor reconocimiento de los trabajadores de la economía informal y sus necesidades. Estamos viendo el uso de un lenguaje como “vidas antes que ganancias” y “no dejar a nadie atrás”. Estamos viendo el reconocimiento de la necesidad de una seguridad de ingresos básicos en las economías en dificultades y un mayor reconocimiento de la necesidad de compartir los recursos (como el acceso a las vacunas en los países ricos y pobres). El Informe sobre el desarrollo mundial 2020 de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) advierte a los gobiernos que ahora no es el momento para presupuestos de austeridad, y que los gobiernos deben proporcionar paquetes de estímulo adecuados para que sus economías vuelvan a funcionar.

Necesitamos aprovechar esta nueva forma de pensar, no habrá una transformación económica centrada en las personas sin la economía informal y las nuevas formas de trabajo que desempeñen un papel proactivo y principal. Es extremadamente relevante en las actuales circunstancias de la pandemia incorporar a los vendedores ambulantes y del mercado en los planes de recuperación económica que deben ser justos e inclusivos para asegurar que nadie se quede atrás bajo ninguna circunstancia. StreetNet y sus afiliados dicen: “Nada para nosotros sin nosotros, no puede haber una recuperación económica sin nosotros”.

Maíra Vannuchi*

Margarida Teixeira**

Oksana Abboud***

Pilar Balbuena****


* Organizadora para las Americas de StreetNet International

** Oficial de medios de StreetNet International

*** Coordinadora Internacional de StreetNet International

**** Incidencia Global y Especialista Urbana WIEGO – Women in Informal Employment : Globalizing and Organizing

BIBLIOGRAFÍA

OIT (2020). COVID-19 and the world of work. Tercera edición. Recuperado de: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/documents/briefingnote/wcms_743146.pdf

ONU (2016). Nueva Agenda Urbana. Recuperado de: https://uploads.habitat3.org/hb3/NUA-Spanish.pdf

Teixeira, Margarida (2020). ¿Qué nos ha enseñado el COVID-19 sobre el Derecho a la Ciudad de los vendedores ambulantes?. Recuperado de: https://streetnet.org.za/es/2020/10/12/que-nos-ha-ensenado-el-covid-19-sobre-el-derecho-a-la-ciudad-de-los-vendedores-ambulantes/

WIEGO (2016). Implementando la Nueva Agenda Urbana. Cómo pueden los gobiernos locales y nacionales apoyar a la economía urbana informal. Recuperado de: https://www.wiego.org/sites/default/files/resources/files/Habitat%203%20MBO%20Demands%20Spanish.pdf


[1] Esta experiência esta relatada en: https://streetnet.org.za/2021/02/22/sierra-leone-traders-union-sletu-using-organizational-structures-to-organize-inform-and-educate-informal-traders-to-respond-to-the-coronavirus-crisis/

[2] Para más información consultar: https://streetnet.org.za/covid-19/best-practices-and-guidelines/

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